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Los últimos de Filipinas, por la tarde, camino del Falla. |
Desde muchos años anteriores a 1.998 podría decirse que tenía la inquietud de ver los coros por la plaza de San Juan de Dios o la Catedral. Cuando hice el coro Moros y Cristianos para la peña Los Dedócratas, recuerdo que comenté con el directivo que dirigiría el coro en la calle; “lo bonito que sería este coro por la plaza de la Catedral o San Juan de Dios con sus palmeras y sus emblemáticos edificios de fondo”, obteniendo respuesta negativa por no “complicarse la vida” según me dijo.
Yo tenía en la mente que en la esquina del Pedrin y Velardez Plaza, dos bares en la esquina de Soperanis con la plaza de San Juan de Dios, había escuchado coros de la mano de mi padre. A esto se unía el aire fresco que necesitaban los carruseles de coros de nuestros Carnavales, en donde “La Plaza” era el único enclave y que algunas veces estos carruseles rozaban la monotonía y por la cantidad de gente que se acumulaba, hasta el peligro.
De esta primera inquietud nació la idea de crear un coro bajo mi responsabilidad, con el ánimo puesto en poder cantar tangos por más calles y plazas que alrededor del Mercado de Abastos.
Fue en el verano de 1.997 cuando mi compadre Quico Zamora y un servidor nos pusimos de acuerdo en poner quinientas mil pesetas cada uno y hacer un coro en el que nadie tenga que buscar publicidad, ni vender loterías, ni pagar cuotas, etc., además un coro con muy poca gente y con la premisa de ensayar poco. Yo lo de ensayar poco fue una cosa que desde el principio no vi con buenos ojos y ya demostraré más adelante porqué.
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Quico Zamora, autor de la música |
Nos dispusimos cada uno por su lado a buscar gente para este proyecto y en honor a la verdad dejé que el grupo lo formara mi compadre, al entender que yo siendo tan serio y estricto en los ensayos llevaría a gente que chocaría con los que llevara Quico Zamora.
Una cosa muy simple pero importante a la vez fue el reparto de faenas o cargos y me explico; la música quedaría en el boletín de inscripción del C.O.A.C. a nombre de Quico Zamora y la letra a nombre de Faly Pastrana. Aunque ambos participamos activamente en el campo del otro. Pero en el tema dirección quedó claro desde el principio que solo podía dirigir una persona, ya que entendimos que era la única forma de llevar las riendas de un grupo de Carnaval. Aunque el grupo en un porcentaje muy alto fue traído por Quico, entre los dos decidimos que la dirección recayera en mí.
El tango fue una idea musical de Quico Zamora al que hubo que darle forma y cadencia con la guitarra. Esos primeros trabajos de creación se realizaron en mi casa de Sagasta y cuando creímos que el tango ya estaba para ensayarlo lo grabamos y dejamos a la espera del primer día de ensayo. Yo mientras ya me dispuse a trabajar letras para esa música.
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